La ingeniería genética y la desextinción fenotípica
En abril de 2025, Colossal Biosciences anunció la creación de tres cachorros con rasgos del extinto Canis dirus, comúnmente conocido como el lobo gigante. Esta especie desapareció hace unos 10.000 años al final del Pleistoceno. Aunque el titular sugiere un acto de “resurrección”, la realidad científica es mucho más matizada —y potencialmente más transformadora para la biotecnología moderna.
¿Qué hizo exactamente Colossal Biosciences?
El equipo utilizó técnicas avanzadas de secuenciación de ADN fósil para recuperar material genético de especímenes de Canis dirus preservados en permafrost, con edades que van desde los 13.000 hasta los 72.000 años. Luego, aplicaron herramientas de edición genómica basadas en CRISPR para insertar 20 fragmentos clave en embriones de lobo gris moderno (Canis lupus), enfocados principalmente en genes asociados a:
- Pelaje denso y de color blanco.
- Mandíbulas anchas y musculatura craneofacial.
- Rasgos óseos morfológicos característicos de C. dirus.
Estos embriones fueron gestados por perras domésticas que actuaron como madres sustitutas. El resultado fue el nacimiento de tres cachorros viables —Romulus, Remus y Khaleesi— que muestran una expresión parcial del fenotipo de los lobos gigantes.
¿Son estos animales lobos gigantes?
No. Desde una perspectiva genómica, estos cachorros no son réplicas de Canis dirus. Su genoma base sigue siendo el del lobo gris. La modificación genética apunta a un subconjunto de rasgos visibles (fenotipo), no a una reproducción integral del genoma extinto. En términos científicos, hablamos de organismos genéticamente modificados con expresión paleogenética parcial.
Este enfoque ha sido descrito como una forma de “desextinción funcional”, donde no se revive la especie completa, pero sí se reintroducen funciones o características específicas que podrían tener implicaciones adaptativas o investigativas.
Las implicaciones científicas del experimento
Desde el punto de vista de la biología evolutiva y la genética comparativa, este trabajo representa un hito por varias razones:
- Permite estudiar cómo genes antiguos interactúan con genomas modernos.
- Proporciona un modelo animal para investigar morfologías extintas y su impacto funcional.
- Abre la posibilidad de aplicar este enfoque a especies perdidas que cumplieron roles ecológicos clave.
Sin embargo, la aplicación real en contextos ecológicos es aún incierta. Estos animales están actualmente bajo monitoreo en un entorno controlado, sin intención (por ahora) de reintroducción en ecosistemas naturales.
¿Qué hizo exactamente Colossal Biosciences? (Versión extendida y técnica)
El proyecto no consistió en clonar al Canis dirus, ni en reconstruir completamente su genoma. La estrategia se centró en una aproximación funcional y sintética, combinando paleogenómica, edición genética y técnicas de reproducción asistida.
1. Recuperación de ADN antiguo
Se extrajo ADN de restos fósiles de Canis dirus encontrados en depósitos de permafrost en América del Norte, algunos con una antigüedad estimada de hasta 72.000 años. Estos fragmentos estaban severamente degradados y fragmentados, lo que obligó al equipo a aplicar técnicas avanzadas de ensamblado de genomas antiguos, similares a las usadas en proyectos como el genoma del neandertal o del mamut lanudo.
A partir del análisis bioinformático, se identificaron secuencias ortólogas conservadas entre el genoma del lobo gigante y el del lobo gris moderno (Canis lupus), seleccionando regiones genéticas asociadas a características morfológicas y fisiológicas clave.
2. Identificación y selección de loci funcionales
El equipo priorizó 20 loci funcionales (regiones genéticas codificantes o reguladoras) con evidencia de haber contribuido a rasgos distintivos de Canis dirus según el registro fósil:
- Genes involucrados en la morfogénesis craneofacial (como Runx2, Msx1 y Twist1), asociados a mandíbulas más robustas.
- Genes reguladores del desarrollo del pelaje y pigmentación (MC1R, ASIP y FGF5), que pueden influir en la densidad, longitud y color del pelaje.
- Genes del sistema inmunológico adaptativo, que sugieren diferencias evolutivas relevantes entre Canis lupus y Canis dirus en entornos del Pleistoceno.
Estas variantes genéticas fueron recreadas o sintetizadas mediante biología sintética, y luego integradas en un marco de edición funcional utilizando CRISPR/Cas9.
3. Edición embrionaria y gestación
Con las secuencias listas, se aplicó CRISPR de alta precisión (base editing) para modificar embriones de Canis lupus en estadios tempranos de desarrollo (fase de blastómero). La edición fue diseñada para ser:
- Multisitio, permitiendo múltiples modificaciones simultáneas.
- Cisgénica y controlada, evitando la inserción de genes exógenos de otras especies.
Los embriones editados fueron implantados en perras domésticas (seleccionadas por compatibilidad inmunológica), y tras una gestación completa, nacieron tres individuos: Romulus, Remus y Khaleesi.
4. Resultados observados
Los neonatos mostraron características visibles similares a las esperadas del fenotipo de Canis dirus, incluyendo:
- Un pelaje blanco, denso y de crecimiento retardado, posiblemente adaptativo a climas fríos.
- Un hocico corto y robusto, con una musculatura facial atípica para Canis lupus.
- Tendencias conductuales de tipo hipersensorial (en estudio), posiblemente relacionadas con vías olfativas o auditivas desarrolladas.
Los análisis preliminares no indican efectos negativos en la salud o viabilidad de los ejemplares, aunque se mantendrán en observación por al menos 18 meses para descartar pleiotropía indeseada o efectos epigenéticos secundarios.
Consideraciones éticas y ecológicas
Este avance plantea interrogantes fundamentales:
- ¿Debe usarse ingeniería genética para “revivir” rasgos extintos?
- ¿Podría esto desviar recursos y atención de la conservación de especies vivas en peligro?
- ¿Es ético manipular el linaje evolutivo para fines experimentales o simbólicos?
Además, existe la preocupación de que el entusiasmo por la “desextinción” genere una falsa percepción de reversibilidad frente a la pérdida de biodiversidad. La extinción, en la mayoría de los casos, sigue siendo un proceso final e irreversible.
Reflexión final: no es el pasado, es el futuro
Este experimento marca una transición en la biotecnología moderna: de la edición genética como herramienta médica o agrícola, hacia su uso como instrumento paleobiológico. Ya no solo se editan genomas vivos. Ahora, se insertan fragmentos del pasado en organismos del presente.
Estamos ante un nuevo capítulo: no el regreso de una especie extinta, sino el nacimiento de organismos sintéticos con memoria evolutiva.
La pregunta no es si podemos hacerlo. La pregunta crítica es por qué lo hacemos, y con qué consecuencias a largo plazo.